Por: Ingrid Perez
El pasado 22 y 23 de Septiembre se realizó un sentido homenaje a Diego Felipe Becerra, más conocido como "Tripido" quién después de siete años sigue siendo recordado no solo por su cálidad a la hora de plasmar sus obras sino por la controversia que causó su muerte al ser injustificada, enviando así, un mensaje sobre los prejuicios que se tienen hacia quienes ejercen esta línea artística.
El evento se realizó en la calle 116 con avenida Boyacá, puente vehicular en el cual el jóven de 17 años perdió la vida a causa de un disparo proporcionado por un patrullero de la Policia Nacional justificando que dicho hecho había sido ejecutado ya que se presumía que el jóven había cometido un robo, lo cual, en el esclarecimiento de los hechos, se confirmó que Diego estaba realizando una de sus más grandes pasiones: Pintando Graffitis. Actualmente, el patrullero que asesinó al jóven está prófugo de la justicia y está condenado a más de 25 años de carcel.
El evento contó con la intervención de varios escritores urbanos de la ciudad de Bogotá y el apoyo del Padre de Diego Felipe Becerra, quien año tras año es gestor y promotor de estos homenajes hacia su hijo y quien es estimado y respetado por los jóvenes que realizan esta actividad.
Nota personal: El Graffiti no es delincuencia, es una expresión cultural plasmada en los muros de una ciudad gris y sin colores, ellos hacen que la ciudad sea más amena gracias a la gama de colores con las que en él se juegan. No importa si son letras o ilustraciones, ellos decoran, llenan de armonía y hacen de la ciudad un espacio idóneo para lo cultural y artístico.
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